11 JESHVÁN

Leyes de Lashón Hará 4.1-2:

El Jafetz Jaim -con el sea la paz- nos dice que cuando una persona habla lashón hará acerca de los defectos espirituales de alguien, ese lashón hará es más intenso y justificadamente indignante. Sin importar si la crítica es para que la persona se esfuerce en el cumplimiento de los preceptos. Esto no quiere decir, que si observamos que alguien es descuidado en la realización de un precepto no le debemos decir nada, sino que hay que buscar el momento adecuado, este debe ser a solas para que no se sienta avergonzado, además de cuidar la manera en que se expresará la información para que sea recibida y no cause un daño innecesario, para esto es importante recurrir a una autoridad que conozca sobre el tema.

El Rabino Shimshón Rafael Hirsch de bendita memoria, comentó sobre la urgencia de hablar lashón hará acerca del descuido de un semejante en el cumplimiento de los preceptos, menciona que es una tendencia natural del alma esforzarse para llegar cada vez más alto. Si la persona se involucra en cumplir preceptos y estudiar la bendita Torá, entonces crece espiritualmente y su alma esta satisfecha. Sin embargo, si la persona es perezosa y sus acciones no le ayudan a su alma a elevarse, se produce una insatisfacción interna. Por lo que busca satisfacer este descontento aparentando un crecimiento espiritual. Para lo cual, se esfuerza en hacer aparecer a los que están a su alrededor como inferiores a él, para él sentirse superior -D-s nos libre de hacer esto-. Este tipo de lashón hará es una droga para el alma. Ya que hace que la persona se sienta justa y santa. Sin embargo, en cuanto pasa el efecto se da cuenta, que no esta más elevada que antes, sino más baja.

Cuando denigramos a nuestros semejantes, además de hacer algo bajo, nos adormecemos en un falso sentido de autocomplacencia. Es importante saber que nada bueno va a surgir cuando nos engañamos nosotros mismos, al tratar de sentirnos satisfechos con un falso sentido de logro espiritual. El Santo bendito Es quiere que nos esforcemos en nuestra vida, que hagamos ganancias espirituales que sean reales y signicativas. Esto lo logramos cuando somos críticos y honestos con nosotros mismos, y vemos a los demás bajo una luz positiva.