viernes, 18 de octubre de 2013

14 JESHVÁN

Leyes de Lashón Hará 4.7-8:

El Jafetz Jaim de bendita memoria nos enseña, que cuando una persona alcanza cierto grado de maldad -D-s libre-, es permisible contarle a otros su faltas. Aquí se habla de una persona que tuvo instrucción sobre los preceptos, pero que se desvió del camino de estos -D-s no lo permita-. En tal caso que la persona llega a cometer transgresiones descaradamente o se rehusa a obedecer las llamadas de atención de la autoridad en el tema, en este caso es claro que el comportamiento es descarriado. Aquí se permite hablar las maldades de la persona enfrente de ella, o detrás de ella, ya que la intención que se tiene es evitar, que los más pequeños espiritualmente, sean influenciados y quieran hacer también lo mismo -D-s no lo permita-. Además, si nosotros no nos oponemos a la maldad y permitimos que esta persona se rebele, nuestro silencio no se toma como rectitud, sino como tontería al permitir que este cause un daño en la comunidad. Antes de hablar es importante que nuestras intenciones sean honorables, y no haya odio o asuntos personales con la persona en cuestión, ya que de ser así, se nos prohibe hablar mal de esta persona.

Inclusive nos dice el Jafetz Jaim -que la paz sea con él-, que si vemos un malvado hacer algo que no estamos seguros que esta mal, debemos juzgarlo como si hubiese transgredido. Aquí es importante hacer notar, que esto no se refiere a una persona cuya educación en los preceptos fue pobre o nula, ya que una persona en estas circunstancias es comparable a un niño que fue secuestrado y transgrede por ignorancia. El hablar mal de este tipo de personas, sería una transgresión.

En resumen, se puede decir que hay veces que debemos defender lo que es correcto y hablar en contra de aquellos cuyo comportamiento amenaza nuestra estructura moral. De esta manera aseguramos que la casa de HaShem este intacta y Él bendito Es pueda hacer morar Su Presencia con nosotros.

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