viernes, 22 de noviembre de 2013

19 KISLEV

Leyes de Lashón Hará 10.3:

En este segmento el Jafetz Jaim de bendita memoria nos dice cuan crucial son las intenciones para determinar si nuestras acciones o afirmaciones son dignas de elogio. En este caso se nos informa que la información derogatoria sólo puede hablarse para propósitos constructivos solamente si el que habla no es culpable del mismo pecado que esta exponiendo. Aquel que padece de la misma causa que va a exponer debe permanecer en silencio sobre este asunto. ¿Por qué esto es tan importante? Si uno ha atestiguado un mal y puede hacer que se rectifique al reportarlo, ¿Por qué deberían importar sus propios deslices? El Jafetz Jaim -que la paz sea con él- responde: 'la intención de esta persona al revelar este asunto oculto no es para bien o por temor a HaShem, sino que quiere avergonzar a su semejante y regocijarse por sus infortunios'. En otras palabras, es inconcebible que dicha persona revele esta información con intenciones puras.

Hay un mensaje aquí. Nuestros Sabios nos dicen en Kidushin 70a que aquel que degrada a otra persona con frecuencia lo hace en relación a la falta que él mismo posee. A veces, notamos faltas en otros porque las tenemos dentro de nosotros mismos. La bendita Torá, en las leyes de lashón hará, reconoce este principio y nos dice que antes de hablar contra otros debemos primero corregirnos a nosotros mismos.

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