viernes, 1 de noviembre de 2013

28 JESHVÁN

Leyes de Lashón Hará 6.11-12:

El Jafetz Jaim de bendita memoria empieza este segmento haciendo incapié en que muchas personas reaccionan incorrectamente al escuchar reportes negativos, cuando se debe tener en cuenta el reporte y protegerse a sí mismo.Aunque las reglas en tales casos son complejas, la regla básica es que la Torá nos permite protegernos solamente en base a la posibilidad de que la información sea exacta. No esta permitido usar la información para actuar en contra del sujeto o causarle algún tipo de pérdida. Además de que no esta permitido aceptar la información como un hecho sin haber investigado más, por lo que, esta absolutamente prohibido albergar odio hacia esa persona. Finalmente, no se puede usar la información negativa como una excusa para cancelar cualquier obligación con la persona.

El Jafetz Jaim -con él sea la paz- nos dice que si una persona escucha y acepta el lashón hará como un hecho. Sin embargo, se arrepiente de la transgresión, para poder rectificarse deberá hacer lo siguiente: 1. Deberá fortalecerse y desarraigar esa información de su mente al punto de que ya no la crea; 2. Deberá aceptar sobre sí mismo ser más cuidadoso en el futuro de no aceptar lashón hará; 3. Deberá hacer viduy ante HaShem. Los dos últimos pasos son comunes en el proceso de teshuvá por cualquier pecado, sin embargo, desarraigarnos la información que ya habíamos creído como verdadera, parece un poco difícil.

Rabí Abraham Pam de bendita memoria, nos dice que para lograr esto debemos sumergir nuestros corazones en la mitzvá de juzgar favorablemente. Si la persona dañó a un amigo o pariente, debes pensar que no sucedió exactamente como fue relatado o que quizá la persona esta pasando por una situación muy difícil y preguntarte que es lo que harías tú en esa situación. Mantén siempre tu mente enfocada en generar interpretaciones favorables una y otra vez. Sí, siempre estas generando juicios favorables, te sorprenderán los cambios que ocurrirán en tu pensamiento, mientras el enojo desaparece y le abre paso al amor al prójimo.

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