Leyes
de Lashón Hará 4.3-4:
El
Jafetz Jaim -que la paz sea con él- nos dice que la bendita Torá
nos da las instrucciones de cómo percibir a la persona que ha
transgredido, para que lo juzguemos favorablemente e interpretar su
comportamiento de una manera positiva. De tal manera que si el sujeto
es una persona promedio, que generalmente se cuida del pecado pero
ocasionalmente transgrede, se debe atribuir su error a 3 cosas: 1. Lo
pudo haber hecho accidentalmente; 2. No sabe que esta prohibido; 3.
Piensa que el precepto es opcional, ya que piensa
que esta reservado para
gente estricta. Esta acción debemos tomar siempre que veamos a una
persona transgredir varias veces, de esta manera la juzgaremos
favorablemente, ya que esta prohibido sentir cualquier tipo de
hostilidad hacia cualquier persona por lo que hallamos visto que
haga.
En
el caso de que una persona haya transgredido intencionalmente, y esto
lo haya hecho de tal forma que no fue públicamente, y además
sabemos que ese acto no es típico de la persona y probablemente lo
hizo sólo por esta vez. Entonces tenemos prohibido revelar esa
información, ya que la Torá exige que consideremos que hay la
posibilidad de que la persona ya se arrepintió, ya que de no hacer
esto, lo avergonzaríamos innecesariamente al hablar del suceso. La
forma correcta de hablar con él e informarle al respecto,es
acercarnos a ella en privado, hablándole amablemente y con respeto;
de esta manera la persona se mostrará receptiva y lograremos que nos
escuche, ya que notará que hay una preocupación genuina. Esto es
así, porque la bendita Torá nos ordeno que no debemos reprender de
forma ofensiva e insultante, como esta escrito en Vayikrá 19.17:
“Reprenderás a tu
compañero y no cargarás pecado por él”.
Ahora bien si la persona que transgredió fue un sabio de la Torá,
sería una transgresión enorme publicar su falta porque es muy
seguro que ya se arrepintió.
Quizá
pensemos que juzgar favorablemente puede ser un poco forzado e
ingenuo. Sin embargo, esto es algo que hacemos frecuentemente,
nuestra mente es una fábrica de justificaciones, ya que sin importar
cuantas transgresiones hagamos, nos arreglamos muy
bien para racionalizarlos, y
de esa manera nos vemos bajo una luz positiva. De la misma manera
nuestro Padre Celestial quiere que hagamos lo mismo con nuestro
prójimo, que amemos a los demás como nos amamos a nosotros mismos.
De esta manera cuando miremos al prójimo, estaremos viendo que esta
involucrado en el cumplimiento de los preceptos, y con la ayuda de
D-s nos acercaremos a ayudarle en aquellos en donde todavía
comete errores ocasionalmente. De esta manera seremos también
juzgados favorablemente en el cielo.
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