domingo, 27 de octubre de 2013

23 JESHVÁN

Leyes de Lashón Hará 6.1-2:

El Jafetz Jaim de bendita memoria, nos dice que uno de los factores que hacen del lashón hará un pecado tan serio es que involucra la interacción de dos personas: el que habla y el que escucha. En las secciones pasadas habló de quien habla, ahora nos hablará de quien escucha. Primeramente nos dice que esta prohibido escuchar lashón hará, y quien lo hace ha transgredido una prohibición de la Torá (Shemot 23.1). Ademas nos informa que el castigo de aceptar lashón hará es mayor que el castigo de hablar lashón hará. Advierte que esta prohibido escuchar lashón hará aun si el oyente no intenta aceptar la información. Sin embargo, señala que hay una diferencia entre aceptar lashón hará y escuchar con la intención de no creer lo que se está por escuchar. Y es así, como nos lleva al complejo tema de toélet. Escuchar información despectiva con un propósito constructivo esta permitido únicamente en dos áreas: el área de las decisiones de negocios y en shidujim. En estos casos, el propósito no es chismear, sino protegerse así mismo, en estos casos es muy importante tener en mente, que aunque se use esta información negativa para protección, no se debe aceptar como un hecho.

Una conversación propósito constructivo sólo se puede sintonizar si: 1. el que habla dejó en claro que esta relatando información para un propósito constructivo. 2. el que escucha llega cuando el interlocutor ya estaba relatando la información a alguien más. De esta forma, el que escucha no es culpable de causar que el otro peque.

El Jafetz Jaim -que la paz sea con él- nos dice que el permiso para escuchar para propósitos constructivos se extiende más lejos. Uno puede escuchar información importante de su amigo para prevenirlo de caer en una mala situación. Quien escucha deberá comprobar primero la exactitud de la información antes de pasársela a la persona pertinente. Uno también puede escuchar un reporte de que su amigo a cometido una transgresión si siente que está en la posición para hablar con él y ayudarlo a enmendar su camino. Aunque tenemos permitido escuchar información negativa, no tenemos permitido aceptarla sin investigar más. Puede parecer esto una exigencia difícil. Si escuchamos algo acerca de alguien, y actuamos de acuerdo a ello, ¿Cómo podemos no aceptarlo como un hecho? Esta capacidad de tomar información verosímil y tomarla como falsa la tenemos, ya que si escuchamos un informe negativo de un hermano, familiar u amigo, tendemos a decir que los conocemos y no harían algo así, por lo que, muy probablemente confrontariamos en privado a la persona en cuestión, para conocer lo que tiene que decir al respecto. Esto mismo es lo que la Torá nos exige, que extendamos hacia el prójimo nuestros instintos protectores.

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