¿Cómo se debe hacer la Plegaria?

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Una plegaria debe hacerse en forma verbal y audible, porque esta sirve de lazo entre el ser físico y la Divinidad, por lo que las plegarias mentales no se considerarían como adecuadas. Es importante que en estas se incluya alabanza, introspección y no sólo peticiones.
 
Lo más importante a tener en cuenta en la plegaria es:
 
1. Concentración, debemos ligar nuestro corazón, mente y labios, que no sea una plegaria automática, sino que podamos sentir esta.
 
2. Tiempo y Espacio, es importante que dediquemos un tiempo y espacio exclusivo, hay que evitar hacer esta donde nos podamos distraer fácilmente, ya que de esta dependerá el éxito que tengamos en nuestras actividades cotidianas. Nuestra mente debe estar consciente de que nos presentaremos delante del Rey, por lo que dispondremos de tiempo suficiente, un espacio limpio y vestiremos decorosamente.
 
3. Alimento del Alma, se debe ser consciente de que así como nuestro cuerpo requiere de alimento, también nuestra alma, por lo que se debe hacer la costumbre de elevar plegarias al menos una vez al día, lo recomendable, es hacerlo cada vez que se tenga la necesidad.
 
Un buen ejemplo de esta plegaria, es la que nuestro querido Rabino Yonatán nos aconseja, que hagamos diaramente, la cual es llamada plegaria en aislamiento (hitbodedut), esto es, estar a solas con el Creador, dedicar un tiempo diario a estar con el Creador solos, y contarle todo lo que esta pasando dentro de nosotros. Contarle todas nuestras penas, todo nuestro dolor, todas nuestras esperanzas, nuestros sueños, hablar al Creador como le hablamos a un buen amigo: “Papá sabes, quiero lograr esto y esto, tengo muchos obstáculos, cómo le hago, ayúdame, no sé como hacer. Sin libro de rezos, así, hablar cada día con el Creador fuera de lo que rezamos. Tener una cita privada con el Creador, esto es algo que cada persona necesita. Rabí Najmán dice: 'dedicar 60 minutos diarios cada día para estar a solas con el Creador' en un parque, en el coche, paseando, estar a solas, pensar, meditar, hablar con él, contarle todo. Hacer examen de conciencia de lo que debes rectificar, que es lo que debes continuar haciendo. Y de esta manera vamos a ir purificando y rectificando cosas, que son parte de nuestra misión en este mundo.

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