Elul, el
último mes del año hebreo, cuyas
letras hebreas son:
א
(Alef),
ל
(Lamed),
ו
(Vav)
y ל
(Lamed),
que son las primeras
letras de las cuatro palabras “Ani
LeDodí
VeDodí
Li”,
'yo soy para mi
amado y mi amado es para mí' (Shir
HaShirim 6:3). Nos
enseña nuestro querido Rabino Yonatán, que esto hace referencia al
maguen David, el cual esta representado por dos triángulos
equiláteros, donde el triángulo equilátero cuya base esta abajo,
representa el despertar del hombre a D-s, mientras que el triángulo
opuesto, representa la providencia de D-s.
Nos dice nuestro querido Rabino, que esto indica que cuando nosotros despertamos a la verdad de la vida, que es servir a nuestro Creador y perfeccionarnos, ponemos Jueces y Policías, que van a permitir que guardemos nuestra menorá, es decir, nuestro rostro que tiene siete orificios en equivalencia a los siete brazos de la menorá: dos ojos, dos oídos, dos orificios de la nariz y la boca. Y cuya obligación, es que siempre este encendida, esto es siempre sirviendo al Creador bendito Es en todos nuestros caminos, esto lo conseguimos a través de poner Jueces y policías que la resguarden en todo momento, y cuando hacemos esto, entonces estamos siendo para nuestro amado, porque estamos buscándole, y es entonces que nosotros somos para Él bendito Es, pues Él bendito Es está en el campo esperándonos, por lo que, ésta es la época indicada para que revisemos el pasado y nos fijemos hasta dónde llegamos en la vida. Es una época de preparación para el gran día de Rosh Hashaná, que es el año nuevo, el día del Juicio, por lo que resolvemos que este año que vamos a empezar, sea mejor que el año que esta por terminar. Ya que en Rosh HaShaná, cada persona es juzgada por el mérito de sus acciones. Si pasará el año con vida o no. Si tendrá éxito financiero o la ruina. Si estará sano o enfermo. Todas estas cosas se determinan en Rosh HaShaná.
Nos dice nuestro querido Rabino, que esto indica que cuando nosotros despertamos a la verdad de la vida, que es servir a nuestro Creador y perfeccionarnos, ponemos Jueces y Policías, que van a permitir que guardemos nuestra menorá, es decir, nuestro rostro que tiene siete orificios en equivalencia a los siete brazos de la menorá: dos ojos, dos oídos, dos orificios de la nariz y la boca. Y cuya obligación, es que siempre este encendida, esto es siempre sirviendo al Creador bendito Es en todos nuestros caminos, esto lo conseguimos a través de poner Jueces y policías que la resguarden en todo momento, y cuando hacemos esto, entonces estamos siendo para nuestro amado, porque estamos buscándole, y es entonces que nosotros somos para Él bendito Es, pues Él bendito Es está en el campo esperándonos, por lo que, ésta es la época indicada para que revisemos el pasado y nos fijemos hasta dónde llegamos en la vida. Es una época de preparación para el gran día de Rosh Hashaná, que es el año nuevo, el día del Juicio, por lo que resolvemos que este año que vamos a empezar, sea mejor que el año que esta por terminar. Ya que en Rosh HaShaná, cada persona es juzgada por el mérito de sus acciones. Si pasará el año con vida o no. Si tendrá éxito financiero o la ruina. Si estará sano o enfermo. Todas estas cosas se determinan en Rosh HaShaná.
Entonces, se tiene que Elul, el mes
previo a Rosh HaShaná, da comienzo a un período de intensa
introspección, de clarificar los objetivos de la vida, y de
acercarse a D-s. Es un tiempo para entender cuál es el propósito
de la vida, en vez de avanzar superficialmente a través de ella
acumulando dinero y buscando gratificaciones. Es un momento en el que
damos un paso atrás y nos miramos a nosotros crítica y
honestamente, con la intención de mejorar.
Es un mes de
"Misericordia Divina y Perdón", por ello es que Elul es el
momento más oportuno para teshuvá ("retorno" a
D-s), plegaria, caridad y aumentar Ahavat Israel (amor al prójimo)
en la búsqueda de automejoramiento y acercarse a D-s. El gran Sabio
jasídico Rabí Schneur Zalman de Liadi compara al mes de Elul con un
tiempo cuando "el rey está en el campo" y, a diferencia de
cuando está en el palacio real, "cualquiera que lo desea tiene
permitido encontrarse con él, y recibe todo con un semblante amable
y muestra un rostro sonriente a todos". De manera similar,
durante el mes de Elul, D-s está más fácilmente a
disposición de aquellos que acuden a Él. Alegre y con gracia acepta
a todos, y satisface las peticiones y solicitudes de cada cual.
Es una vieja
costumbre de lo Judíos dedicar más tiempo durante el mes de Elul
a la plegaria y a recitar Tehilim. Hasta los judíos
estudiosos, quienes pasan la mayor parte de su tiempo en el estudio
de la Torá, se dedican más a la plegaria y a Tehilim
durante estos días.
Ahora bien, Rosh HaShaná es el día del juicio para toda la creación, por lo que, el Noájida también sera juzgado en Rosh HaShaná, se
prepara dándo Tzedaká (así mismo, haciendo introspección y
dando caridad), incrementa la Tefilá (hace plegaria, hitbodedut y lee
Tehilim), y hace Teshuvá (decide retornar al buen camino al
comprometerse a mejorar). Es así, que un Noájida puede
aprovechar este período también donde el Creador bendito Es, está
en el campo para acercarse, y en lugar de leer Selijot leerá
Tehilim, y en particular el Tikún HaKlalí el Remedio General, ya
que este provoca una limpieza mental, proporcionándonos claridad
mental, para iniciar la introspección y determinar, nuestra
contabilidad del año que esta por terminar, teniendo una tabla con
los atributos buenos, los no buenos, los que deseamos tener, los que
vemos en los demás, y estudiar de los sabios sobre cada atributo, para poder
determinar cuáles son correctos y cuáles no, siguiendo sus consejos
para desarraigar los no buenos, y refinar y fortalecer los buenos, así como para adquirir los
que deseamos, mientras que en referencia a los que vemos en los
demás, deberemos meditar en ellos y buscarlos dentro de nosotros, ya
que como enseñaba el Rebe
Baal Shem Tov de bendita memoria, 'el corazón es como un espejo',
muy probablemente el propósito de sentir esto, es que nos demos
cuenta de este mal atributo, y entonces estudiar sobre este. En la
Tefilá que hagamos, hay que pedirle a HaShem que nos ayude abandonar los malos hábitos y
a fortalecer los buenos, y de esa manera retornaremos al sendero por
el cual HaShem nuestro Padre quiere que caminemos.
Nuestro bendito Padre quiere dar un gran regalo inmerecido, quiere dar el perdón en este mes a todos aquellos que le busquen, y a cada pueblo le ha dado un camino especial, ha nosotros el cumplimiento de Siete Leyes y como libro de rezos el libro de Tehilim, el cual podemos leer en cualquier ocasión (excepto en la noche hasta antes de la media noche, después de media noche se puede leer), quizá alguno de
ustedes este tentado a querer leer las Selijot o hacer lo
correspondiente a los Judíos, les dejo la siguiente historia del
querido Rebe Baal Shem Tov bisabuelo de nuestro Rebe Najmán, donde
nos hace ver lo grande que es tener permitido leer el libro de Tehilim y que nuestros rezos se basen en este:
El
santo Baal Shem Tov amaba mucho a los demás judíos. Amaba a los
jóvenes y a los viejos, a la gente de la ciudad y a la del campo, a
los estudiosos y a los ignorantes. Los amaba con todo su corazón y
su alma. No es de extrañar que los judíos acudiesen a él desde
lejos y desde cerca, porque ¿no es el corazón como un espejo? Como
uno se siente hacia el otro, el otro se siente hacia uno. Y así
muchos judíos llegaban donde el Baal Shem Tov. Algunos llegaban a
escuchar sus palabras de Torá, para ellos el Baal Shem Tov revelaba
secretos escondidos de la Torá que hacían que sus corazones
cantasen de alegría. Otros - incluyendo los ignorantes - venían a
pedirle su consejo o su bendición, o simplemente a mirar la cara
santa del Baal Shem Tov y a inspirarse con las melodías que oían,
ya que eran cantadas sin palabras, o con palabras muy simples que
podían entender.
Los
hombres sencillos e ignorantes se sentían muy avergonzados de no
haber aprendido más en su juventud. El Baal Shem Tov sabía como se
sentían. Sabía que no era su culpa. De hecho, con frecuencia les
decía que no debían sentirse desdichados, ya que D-s ama la
sinceridad y la sencillez, la integridad y la humildad, y éstas
virtudes existían en abundancia entre los ignorantes. ¡En esto no
estaban por debajo de nadie! Para demostrarles qué realmente quería
decir eso, el Baal Shem Tov era especialmente amistoso y atento con
ellos. Cuando se sentaba a la mesa, rodeado por sus brillantes
estudiantes - muchos de los cuales eran eruditos famosos - invitaba a
los hombres pobres a compartir el vino sobre el que había recitado
el kidush, dándoles generosas tajadas de pan de miel, y en general
haciéndoles sentir como si fuesen sus hijos favoritos. Los eruditos
que se sentaban a la mesa no podían comprender por qué el santo
Baal Shem Tov les dispensaba tanta atención a los ignorantes. El
Baal Shem Tov también sabía como se sentían los eruditos.
En
una ocasión les dijo: “Estáis sorprendidos de que favorezca a los
sencillos, ¿no es así? Es cierto que ellos no han aprendido tanto
como vosotros; algunos de ellos ni siquiera conocen el significado de
las plegarias que recitan diariamente. Pero sus corazones son de oro;
sus corazones están llenos hasta rebosar de amor por la humanidad y
por todas las criaturas de D-s, y son humildes y honrados. Observan
todas las mitzvot de la Torá con simplicidad y fe, aunque no sepan
mucho sobre ellas. Sobre todo, hay un fuego ardiente en su corazón
por estar con D-s, como la Zarza Ardiente que no se consumía. ¡Cómo
envidio sus maravillosos corazones Judíos!"
Los
estudiantes escucharon a su maestro y difícilmente podían creer lo
que oían. El Baal Shem Tov los miró con seriedad y dijo: '"Pronto
os demostraré que no he exagerado."
Esto
sucedió durante la seudá shelishit del santo Shabat. Como era la
costumbre, el Baal Shem Tov se sentó a la cabecera de la mesa
rodeado por sus discípulos. Esta era la ocasión cuando les enseñaba
los secretos de la Torá. Los hombres sencillos, quienes no podían
entender los misterios de la Torá, se retiraron en ese momento a un
cuarto al lado, donde recitarían los salmos del Rey David lo mejor
que pudieran.
El
Baal Shem Tov cerró los ojos y estaba profundamente absorto. Su
santa cara mostraba una profunda concentración y gotas de sudor en
sus sienes. De repente, su cara se iluminó con una gran alegría
interior. Abrió sus ojos y todos sus discípulos sintieron que se
bañaban en su alegría. El Baal Shem Tov se volvió hacia el
discípulo que se sentaba a su derecha: "Coloca tu mano derecha
en el hombro de tu vecino." Le ordenó al siguiente hacer lo
mismo, y al siguiente, hasta que todos formaron una cadena. Luego les
ordenó cantar cierta melodía que cantaban únicamente en las
ocasiones más solemnes. "Cantad con todo vuestro corazón, como
nunca habéis cantado antes," dijo. Y mientras cantaban, sentían
que sus corazones se elevaban cada vez más alto. Cuando terminaron
de cantar, el Baal Shem Tov colocó su mano derecha en el hombro del
discípulo a su derecha y su mano izquierda en el hombro del
discípulo a su izquierda. Ahora la cadena humana estaba cerrada.
"Cerremos los ojos y concentrémonos," dijo.
En
ese momento escucharon muchas voces maravillosas y melodiosas,
cantando salmos. Las voces eran tan dulces y conmovedoras que
sintieron como si todas las fibras de sus corazones estuviesen siendo
haladas en un ritmo maravilloso. Algunas de las voces expresaban una
fe inamovible, otras estaban llenas de abandono gozoso y otras mas
expresaban peticiones que partían el corazón. Podían distinguir
con claridad las santas palabras de los salmos con las que estaban
tan familiarizados, y las exclamaciones frecuentes con las que
entremezclaban las palabras: "Oh, Padre Celestial!", o "Oh,
Señor del Universo!". El círculo de discípulos que se habían
unido al Baal Shem Tov en esta excursión celestial estaba encantado,
sentado en completo silencio. Habían perdido toda sensación de hora
y de lugar. Las lágrimas salían de sus ojos cerrados, y sus
corazones estaban llenos de éxtasis, listos para estallar.
De
repente, el canto se detuvo, ya que el Baal Shem Tov había quitado
sus brazos de sus hombros y roto la cadena. No fue demasiado pronto,
ya que al momento siguiente las almas de los discípulos de seguro
hubiesen dejado sus cuerpos. Cuando se recuperaron de esta
experiencia que había agitado su alma, el Baal Shem Tov les dijo lo
mucho que a D-s gusta escuchar los salmos, especialmente cuando
vienen directo del corazón, y más especialmente cuando vienen
directamente de los corazones puros de los hombres sencillos,
honrados y humildes.
“¿Pero
esas voces que oíamos hace un rato?” preguntaron los discípulos.
Y se sorprendieron de hecho cuando el Baal Shem Tov replicó:
"Ustedes estaban escuchando por un breve momento los salmos
recitados por los hombres sencillos en el cuarto de al lado, como los
ángeles en el cielo los escuchan!"
Queridos amigos, el Santo
bendito Es se complace cuando le buscamos en verdad y con simpleza. Así que cuando leamos el libro de Tehilim o el Tikún HaKlalí pongamos mucha concentración, porque este es nuestro Sidur por excelencia, que nos ha heredado
nuestro Padre a través de los Sabios de Israel. Que hermosa y bella es nuestra porción.
Es una costumbre entre los Jasidim al escribir una carta, firmar deseándonos unos a otros: "Ketivá Vajatimá Tová", o sea, “que seamos inscriptos y sellados para bien”. También acostumbran a leer el Tehilim 27 y además el Baal Shem Tov de bendita memoria, dio inicio a la costumbre de decir capítulos adicionales de Tehilim en forma secuencial cada día, a partir del primero de Elul.
¡Que sean todos inscritos y sellados en el libro de la vida buena y dulce. Que tengan buena salud, buen sustento,buenas finanzas, y todo tipo de bendiciones buenas, y que todo llegue de manera dulce!
Fuente: Escrito adaptado de un shiur del Rab.Yonatán (Yo Soy para mi Amado), y de artículos de Aishlatino y Jabad.
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