lunes, 21 de octubre de 2013

17JESHVÁN

Leyes de Lashón Hará 4.12:

El Santo bendito Es, nos ha dado un gran regalo, este es la teshuvá. Este regalo es especialmente preciado cuando uno es culpable de hablar lashón hará o si se cometió algún tipo de transgresión. En el caso de hablar lashón hará el daño que causamos a los que escuchan, de quien hablamos y a nosotros mismos, es incalculable. Aun así, independientemente de cuanto hayamos pecado, nuestro bendito Creador nos abre su mano, permitiéndonos reparar el daño.

El Jafetz Jaim de bendita memoria nos dice, que si hablamos lashón hará -D-s nos libre-, y los que escucharon no creyeron lo dicho, entonces el pecado es entre el hombre y HaShem. En este caso la persona tiene primeramente que arrepentirse de su pecado, después confesar su transgresión a HaShem bendito Es y por último debe aceptar sobre sí mismo nunca más volver a repetir esa acción. Por el contrario, si el lashón hará fue aceptado como un hecho y resulta en un daño, además de hacer lo anterior, deberá acercarse a la victima, pedirle perdón por haber hablado en su contra y haberle causado un daño. En este caso, no es fácil de hacer esto, dado que la victima seguramente no era conciente de este hecho, aun así, ciertamente ni Yom Kipur, ni la muerte misma puede borrar una transgresión entre el hombre y su semejante, a menos que se busque y se otorgue un perdón sincero.


El Rabino Israel Salanter de bendita memoria, presenta un problema con lo estípulado anteriormente. Ya que desde una perspectiva moral y ética, debemos considerar que si al decirle a la persona que hemos hablado lashón hará de ella, puede causarle más daño y angustia, en tal caso es mejor no informarle. Ahora bien si una persona tiene o tuvo el hábito de hablar lashón hará -D-s libre de hacer esto-, es muy probable que olvidé de quien habló o que no sea consciente del daño que causó, aquí no podrá alcanzar un completo arrepentimiento, si llega a suceder algo como esto, el Jafetz Jaim -que la paz sea con él-, nos dice que la persona deberá difundir las enseñanzas del cuidado del habla, de esta manera podrá expiar, parte del daño que sus palabras causaron.

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