miércoles, 23 de octubre de 2013

19 JESHVÁN

Leyes de Lashón Hará 5.2:

En este segmento el Jafetz Jaim de bendita memoria, nos enseña respecto a evaluar las capacidades físicas y mentales de las personas, nos dice que es común que las personas que se involucran en estas conversaciones, ofrezcan opiniones personales no muy halagadoras acerca de los demás. Hablar de esta manera puede provocar un gran daño sobre todo en el área de shidujim. El problema aquí es que no se es consciente que al analizar los atributos de una persona y verbalizar una opinión que no es halagadora hacia la persona de quien se habla es lashón hará. Tal es el caso de que se dijere de alguien que carece de inteligencia. Quizá la persona que habla diría que esto no es lashón hará porque es la verdad. Aquí hay que tener claro lo siguiente: toda declaración derogatoria, aunque sea verdadera es lashón hará.

Quizá alguna persona insista en que no es derogatorio decir que una persona no es lista. HaShem bendito Es ha dado a cada ser humano la combinación exacta de atributos que necesita para lograr el propósito que tiene en este mundo. Desafortunadamente, la mayoría de las personas toman en cuenta este tipo de opiniones y su estima por quien se habla disminuye.

El Jafetz Jaim – con él sea la paz- nos señala algunos de los daños que se podrían causar, al dar opiniones derogatorias sobre una persona: 1. Si la persona es soltera, la vamos a hacer ver como alguien no deseable, por lo que le causaremos un daño real, ya que busca casarse. 2. Si su forma de sustento es un oficio, un negocio o una profesión, la gente no querrá tratar con él, dado que la mayoría prefiere tratar con gente inteligente. 3. Si se trata de un rabino o autoridad halájica, entonces las personas no querrán su guía, por lo que, su estatura sera disminuida, sus sentimientos y los de su familia serían heridos, y finalmente podría perder su posición.

Quizá usted piense si realmente es posible esto, el Jafetz Jaim -que su memoria sea de bendición- nos relata una historia de él con otro Rab con quien viajaba. Nos dice que llegaron a una posada donde el dueño identifico a los dos grandes Rabinos y los sentó en la mesa reservada para los clientes distinguidos. Después de terminar sus alimento, el anfitrión preguntó: ¿Disfrutaron la comida? El acompañante del Jafetz Jaim replico: “Estuvo muy buena, pero la sopa podía haber tenido un poco más de sal”. Cuan el anfitrión se fue, el Jafetz Jaim afligido le dijo al Rab que sus palabras constituían lashón hará. “Ahora el dueño reprenderá a la cocinera, que probablemente sea una pobre viuda que debe trabajar para mantener a su familia”. Sin embargo, el Rab tenía dudas al respecto de que causara daño, su comentario aparentemente benigno. Por lo que, el Jafetz Jaim loacompañó a la cocina donde los dos miraron a través de la puerta y vieron al anfitrión hablándole duramente a lacocineram quien era una pobre viuda. A lo que el Rab entró rápidamente a la cocina y dijo que la comida había estado muy bien. Se disculpo con la cocinera y le rogó al dueño que no dijera nada más a cuenta de su descuidado comentario. La moraleja de esta historia es: Piensa antes de hablar. Aún un comentario aparentemente inocente tiene el potencial de causar daño.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario