Leyes
de Lashón Hará 8.7:
El Jafetz Jaim -que la paz sea
con él- nos enseña que esta permitido, y a veces incluso es una
mitzvá, hablar lashón hará acerca de un apikoros.
El apikoros es alguien que niega la bendita Torá o las
profecías de Israel, ya sea la Torá Escrita o la Torá
Oral, aun si dice que cree en toda la Torá excepto en un
versículo o una ley que se deriva de la Torá a través de
los principios transmitidos en el Sinaí.
Es una mitzvá hablar
despectivamente de un apikoros, para evitar que los inocentes
puedan ser engañados e influenciados negativamente por él. Sin
embargo, hay que ser cuidadoso de no cometer el error y confundir a
un Judío actual con un apikoros, ya que desafortunadamente en
la actualidad el Judío promedio observante en nuestros días tiene
el estatus de un tinok shenishbá y está prohibido hablar
lashón hará acerca de él. Es importante no asumir a una
persona apikoros basándonos en rumores, solamente se puede
considerar a alguien como tal, si nosotros personalmente lo
escuchamos decir una afirmación herética, o si hay reportes
consistentes por toda la comunidad que tanto las declaraciones como
el comportamiento de esa persona lo colocan en esa categoría.
El Jafetz Jaim de bendita
memoria expresa su preocupación de que los baalé lashón hará
usarán esta halajá para etiquetar a personas inocentes como
apikoros para llamar a su descarado lashón hará,
mitzvá. Estos transgresores pueden sentirse justificados de
extender información negativa acerca de cualquiera que les plazca y
afirmar que fue autorizado por el Jafetz Jaim mismo. No obstante el
Jafetz Jaim escogió publicar estas leyes citando el versículo de
“Los caminos de HaShem son rectos; el justo camina en ellos y
los pecadores se tropiezan en ellos” (Hoshea 14:10).
La
Torá es la Torá de la verdad y cuando se sigue fielmente, guía a
la persona por el camino de la verdad. Pero cuando la persona tuerce
la Torá para adaptarla a su propia voluntad, entonces el poder de la
Torá para guiar a la persona esta perdido y él es conducido
estrictamente por sus propios deseos.
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