jueves, 14 de noviembre de 2013

11 KISLEV

Leyes de Lashón Hará 8.8-9:

En este segmento el Jafetz Jaim de bendita memoria examina el concepto de lashón hará y el vínculo con el majlóket. Aquí nos habla de cuando hay una controversia e intervenimos porque queremos reprimir la disputa y hacer la paz. Uno de los riesgos de involucrarse en una disputa, es que no fácilmente uno sabe cual de los dos lados esta en lo correcto. El Jafetz Jaim -con él sea la paz- nos dice que debemos de ser muy cuidadosos y tener presentes la leyes de la bendita Torá, ya que es así como haremos un análisis de la situación para determinar al baal majlóket. En otras palabras el consejo es que consultemos a un erudito en el tema, y que con su guía analicemos lenta y cuidadosamente la información para determinar si uno de los litigantes puede ser considerado baal majlóket. Es importante saber, que si tras el análisis detallado no logramos saber quien es el baal majlóket, debemos evitar involucrarnos en el conflicto.

Si, por otro lado, sabemos quien es el baal majlóket, entonces tenemos permitido expresar nuestra condena públicamente para convencerlo de terminar la disputa. Esto considerando que el baal majlóket dará marcha atrás a la batalla cuando se de cuenta que la opinión pública esta contra él. Por el contrario, si tal persona no le daría importancia, entonces debemos evitar decirlo públicamente, porque de hacerlo sería lashón hará.

Para poder hablar con un baal majlóket se deben cumplir tres requisitos: 1. Uno debe tener información precisa de primera mano en relación a la disputa; 2. La intención de uno debe ser estrictamente para un propósito constructivo y no porque nos disguste la persona; 3. Si uno puede hablar en privado con el baal majlóket y convencerlo de desistir, éste es el camino que se debe tomar. Sin embargo, es muy frecuente que para un baal majlóket una reprimenda es una espada de doble filo. Al reprenderlo en privado uno puede perder la condición de imparcialidad y alinearse en la mente del baal majlóket con los que considera sus enemigos. Por lo que, el instigador puede moverse rápidamente para tratar de evitar cualquier reprimenda pública. Si hay posibilidades de que esto ocurra, se debe evitar reprender al baal majlóket en privado.

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