viernes, 15 de noviembre de 2013

12 KISLEV

Leyes de Lashón Hará 8.10-11:

En este segmento el Jafetz Jaim de bendita memoria pregunta: '¿A quién tengo prohibido relatarle lashón hará?' Responde: 'No hay diferencia respecto a esta prohibición, si el que escucha es un pariente o alguien distante o incluso su propia esposa, a menos que sea algo que debe informarle a ella para un propósito constructivo'. Es común que cuando el esposo llega a casa la esposa pregunta: '¿Cómo estuvo tu día?', es importante que no tomemos esta pregunta como un foro para contarle a la esposa, cualquier discusión, encuentro o suceso desagradable que se haya tenido durante el transcurso del día. Hacer esto no sólo es lashón hará, sino que promueve el daño, ya que ella por lealtad hacia su esposo, probablemente le guardará rencor a la persona que según su esposo, le agravió. Esto puede provocar que ella encuentre la oportunidad para castigar a esa persona o a sus familiares, de modo que una situación que podía haberse resuelto fácilmente se vuelve una pelea a gran escala entre familias.

Cuando el hombre frecuentemente se queja con su esposa por los desaires y afrentas que según él lo han colmado, entonces él se rebaja a sus ojos. Ella empieza a creer que los demás no le respetan y que quizá no merece respeto. El Jafetz Jaim -que la paz sea con él- cita Abot De Rabí Natán (7.3) que explica las palabras de la Mishná: 'No hables excesivamente con una mujer' recalcando exactamente este punto: las quejas excesivas con su esposa reducen la estima del hombre ante los ojos de ella. Sin embargo, hay ocasiones de toélet donde los esposos tienen permitido y deben compartir información. Esto también aplica a sociedades de negocios también. Ciertamente un socio puede advertirle al otro acerca de los problemas con un vendedor potencial o con un cliente. Es necesario cuidarse de sólo relatar información negativa que es absolutamente esencial. Cuando es posible resolver el problema sin decir nada negativo, ésa debe ser la estrategia a elegir. En verdad hay muchas formas para proteger al cónyuge, al socio de negocios o a uno mismo de personas o situaciones sin necesidad de recurrir al lashón hará. Aunque puede tomar un poco de esfuerzo o ingenuidad, nuestros Sabios nos aseguran que los dividendos seguramente valdrán la pena.

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