Leyes
de Lashón Hará 10.3:
En este segmento el Jafetz Jaim
de bendita memoria nos dice cuan crucial son las intenciones para
determinar si nuestras acciones o afirmaciones son dignas de elogio.
En este caso se nos informa que la información derogatoria sólo
puede hablarse para propósitos constructivos solamente si el que
habla no es culpable del mismo pecado que esta exponiendo. Aquel que
padece de la misma causa que va a exponer debe permanecer en silencio
sobre este asunto. ¿Por qué esto es tan importante? Si uno ha
atestiguado un mal y puede hacer que se rectifique al reportarlo,
¿Por qué deberían importar sus propios deslices? El Jafetz Jaim
-que la paz sea con él- responde: 'la intención de esta persona al
revelar este asunto oculto no es para bien o por temor a HaShem, sino
que quiere avergonzar a su semejante y regocijarse por sus
infortunios'. En otras palabras, es inconcebible que dicha persona
revele esta información con intenciones puras.
Hay un mensaje aquí. Nuestros
Sabios nos dicen en Kidushin 70a que aquel que degrada
a otra persona con frecuencia lo hace en relación a la falta que él
mismo posee. A veces, notamos faltas en otros porque las tenemos
dentro de nosotros mismos. La bendita Torá, en las leyes de
lashón hará, reconoce este principio y nos dice que antes de
hablar contra otros debemos primero corregirnos a nosotros mismos.
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