jueves, 28 de noviembre de 2013

25 KISLEV

Leyes de Lashón Hará 10.13:

La lengua es un arma tremenda. Puede destruir la vida y la reputación de las personas. Puede crear divisiones entre las personas y destrozar comunidades. Sin embargo, hay momentos en donde inclusive la gente apacible y respetuosa tiene que usar el recurso de las palabras como arma: en autodefensa.

La gente a veces provoca daño real a otros; a veces financieros, a veces físico o emocional. Hay muchas situaciones en las cuales lo correcto es renunciar a nuestros supuestos derechos en una disputa o pasar por alto el daño que hemos sufrido en favor de la paz y para que alcancemos los niveles sublimes que la bendita Torá pretende de nosotros. Sin embargo, esto no es un principio general, porque la Torá no quiere que nos volvamos víctimas de la explotación o del abuso. Cuando es necesaria una fuerte autodefensa, la bendita Torá pone el arma de las palabras a nuestra disposición, con instrucciones cuidadosas de como usarla.

El Jafetz Jaim -que la paz sea con él- explica: aunque en el apartado anterior se dijo que no tengo permitido hablar de alguna situación, si he sido afectado; aquí nos dice que si el relatar la información a otros puede ayudar a que el transgresor corrija su camino, y esto se conseguiría por ejemplo diciéndole a sus padres o una persona que este en capacidad de convencerlo de restaurar el daño, la bendita Torá me permite seguir este curso de acción. Esto se aplica también cuando una persona me provoca daño físico o verbal, y si no digo nada es probable que me siga agrediendo, entonces puedo contar mi historia a aquellos que puedan convencerlo de no seguir actuando de esa manera. Así también si me llego a enterar de que alguien planea hacerme daño, puedo frustrar su plan contándole a la persona adecuada. El punto importante aquí, es que todas aquellas palabras que se hablan en un esfuerzo de conseguir ayuda, son permisibles a pesar de que denigren al abusador. La halajá las permite a modo de autodefensa, como un escudo y no como una espada.

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