viernes, 25 de octubre de 2013

21 JESHVÁN

Leyes de Lashón Hará 5.5-6:

El Jafetz Jaim -que la paz sea con él- nos dice que hoy en día hay un pasatiempo muy de moda, que es el “análisis financiero de sillón” el cual es un foro para lashón hará. Esto sucede cuando se hacen conjeturas respecto a la posición económica de una persona. El sujeto de quien se hable puede ser cualquier persona, vecino, familiar, el millonario de la Ciudad, etc., en estas discuciones, no existe propósito constructivo, están prohibidas porque pueden causar mucho daño. Esto es así, porque las personas que escuchan que cierta persona esta en bancarrota o endeudada, se pueden asustar y ya no hacer negocios con ella e inclusive se pueden negar a prestarle dinero.

El Jafetz Jaim de bendita memoria nos dice que si esta información es para tomar una decisión prudente de algunos de sus socios sobre cierto negocio, es permisible proporcionarle la información, si y solo si se cumplen siete condiciones que en otro apartado más adelante el Jafetz Jaim nos dará. 

Otro de los puntos importantes a mencionar son las “declaraciones relativas”. Cuando se hacen ciertas afirmaciones estas pueden ser lashón hará cuando se habla de cierta persona y una alabanza cuando se habla de otra. Por ejemplo: Un individuo da $100.00 de tzedaká, de entrada sabemos que la acción es buena; sin embargo, esto cambia si el individuo es una persona muy rica, alguien podría decir que tiene mucho dinero y que pudo haber sido más generoso, en este caso la información se considera lashón hará, mientras que si el individuo es una persona pobre, alguien podría decir que es logiable lo que hizo (ya que saben que tal persona tiene necesidad), en este caso tal información es una alabanza. Lo mismo sucederia si se hablará sobre el estudio de Torá de una persona, si se dice que estudia 2 horas al día,  y la persona es un estudiante de Torá esto sería lashón hará, mientras que si se tratará de un hombre de negocios muy ocupado, sería una alabanza.

En conclusión, el Jafetz Jaim nos advierte que no hay excusas para hablar derogatoriamente de persona alguna, aunque se diga que: “¡No me importaría que dijeran eso de mí!” (haciendo referencia sobre la tzedaká del rico), tal razonamiento carece de lógica. Por lo tanto, es importante tener en cuenta que toda persona tiene diferentes expectativas de cada persona, de tal manera que lo que puede ser un cumplido para algunas personas, para otras puede ser algo despectivo.

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