Introducción
El
lashón hará tiene la
distinción de ser la primer transgresión cometida. Sabemos que la
serpiente persuadió a Javá
de comer del Árbol del Conocimiento. Para lo cual la serpiente
empleo un truco común: “Debes saber que el jefe está
celoso de tí. Esta frenando tu crecimiento, tú realmente eres tan
bueno como él”. En donde el
jefe es HaShem
-Bendito Es-. La serpiente le dijo a Javá
que lo único que tuvo que hacer HaShem
para convertirse en el Creador fue comer del fruto del Árbol del
Conocimiento. De tal manera que los llevó a la conclusión lógica
de que sí Adam y Javá
comían del fruto se volverían iguales a HaShem.
Obviamente, razonó la
serpiente, HaShem no
quería competencia por eso es que prohibió comer los frutos de ese
Árbol.
El
método que la serpiente usó tan éxitosamente fue una combinación
de lashón hará y
rejilut. Alegó que
HaShem -D-s no lo
quiera- no estaba preocupado por sus intereses y que HaShem
sólo estaba usando una treta para evitar que compitan con Él. Todos
sabemos el desenlace de la historia. Adam y
Javá fueron
desterrados del Gan Edén.
El duro trabajo para producir alimento se volvió el destino del
hombre, mientras que los dolores de parto se volvieron el destino de
la mujer. La muerte se introdujo al mundo. En el primer día del
hombre sobre la tierra el lashón hará
ya había demostrado su poder destructivo. En pocas palabras el Jafetz
Jaim -que la paz sea con él- nos dice: “Aquél que habla
lashón hará se vincula con una práctica que destruye el mundo”.
Prefacio
El
Jafetz Jaim de bendita memoria nos habla: “Te imploro,
querido amigo, si encuentras algo en mi libro que a primera vista
parace ser una exigencia extrema o algo que pudiera ser explicado con
menos palabras, no te precipites en decir que fue un error”.
Y continúa: “Sé que hay personas que tienen el hábito
de restarle importancia a los demás y hablar mucho lashón hará.
Personas así van a leer el libro para encontrar indulgencias que
pude haber escrito, llegando a permitir cosas que nunca tuve la
intención de permitir. Van a usar el libro para hablar lashón hará
y dirán que el Sefer Jafetz Jaim lo permite. Sin embargo, no
me abstuve de escribir este libro por aquéllos que le darán mal
uso, porque la Torá dice: 'Porque los caminos de HaShem son rectos;
los justos caminarán por ellos y los pecadores se tropezarán en
ellos' (Hoshea 14.10)”.
“Y
ciertamente sé que habrá gente que dará poca importancia al
estudio de este libro y se defenderán así mismos con la enseñanza
de los sabios: 'Mejor que pequen por ignorancia, a que lo hagan
intencionalmente'. Esto es incorrecto por dos razones: La enseñanza
anterior no se aplica en relación a una halajá que está claramente
estipulada en la Torá. En realidad sabemos que estas leyes
pueden ser observadas por cualquiera, ya que HaShem, quien creó al
hombre y sabe sus capacidades, nos dió estas leyes. Si estuviesen
más allá de la capacidad del hombre, HaShem no nos la hubiese
impuesto. Encontrarás que el estudio de estas leyes te hará más
consciente del lashón hará de tal forma que, si D-s no lo quiera, te
tropiezas, al menos no será en la categoría de baal lashón hará,
de quien nuestros Sabios dicen que no merece recibir la Shejiná
(Arajín 15b)”.
El
Jafetz Jaim -que la paz sea con él- nos dice: “El
Midrash (Bemidbar Rabá 14.4) afirma que si uno estudia un tema
intensamente, HaShem Bendito Es quita el Yetzer Hará en relación
con ese tema. Por lo tanto, si una persona estudia este libro y
reflexiona sobre lo que está escrito, su inclinación por el lashón hará se debilitará, empezará a alejarse de esa transgresión, y
con el paso del tiempo, verá que puede abstenerse completamente de
hablar lashón hará, porque en gran medida esta transgresión es
resultado de un hábito”. Como
esta escrito en Yomá
38b: “A aquél que viene a purificarse así mismo, se le
otorga ayuda Celestial”. En
mérito a nuestros esfuerzos en relación a shemirat halashón, ameritaremos la
redención final.
Prefacio
El
Sefer Jafetz Jaim es
la majestuosa obra del Rabino
Israel Meir Hacohen de
bendita memoria, donde
por primera vez se ponen a disposición de todos la leyes de lashón hará de una forma organizada,
las cuales se encuentran
dispersas a lo largo del Talmud.
El libro se compone de dos
partes. La primera parte corresponde a
las leyes relativas a lashón hará y
la segunda parte a las leyes relacionadas a rejilut.
El libro fue títulado Jafetz Jaim
por el versículo: “Quién es el hombre que quiere la
vida (Jafetz Jaim)... cuida tu boca del mal...” (Tehilim
34.13). Todo el libro esta basado en la halajá,
por lo que nada de lo que esta escrito es opcional o discutible, por
lo que, todos están obligados a cumplir. De esta manera nos
levantaremos de la autocomplacencia, que comúnmente se siente
respecto al lashón hará.
El Jafetz Jaim -con él sea la paz- nos dice: “Aquél que
reflexione sobre la gravedad del lashón hará y entienda su
importancia, su cabelo se erizaría por la magnitud de este pecado”.
Prefacio
El
Jafetz Jaim de bendita memoria se pregunta: “¿Cómo es
posible que la prohibición de la Torá de hablar lashón hará sea
tan descuidada por tanta gente?”.
Esto es porque la persona promedio, simplemente no se da cuenta que
la prohibición de lashón hará
se aplica incluso a la información que es verídica. Por
lo tanto, todo lo que el Satán necesita
hacer es presentar información como si fuera verídica y la mayoría
de la gente la repetirá fácilmente a pesar de que, de acuerdo a la
halajá, semejante
plática esta prohibida. Para las personas que son más eruditas, el Satán usa una
estrategia diferente: convence a la persona que el sujeto de quien se
habla negativamente es una persona malvada, por lo que es correcto
que se hable lashón hará de
ella o que la información no se considera lashón hará.
Si esta táctica falla, el Satán
usa una táctica opuesta. Causa que la persona se preocupe en demasía
de las palabras que va a decir, de tal manera que cree que todo
cuanto dice es lashón hará,
aún cuando no lo es. Por lo que la persona llega a la conclusión de
que la única forma de salvarse de esto, es no hablar del todo. Y
dado que la mayoría de las personas están involucradas en
conversaciones muchas veces al día, la única solución aparente es
ignorar la leyes de lashón hará,
porque son imposibles de cuidar.
Una
vez que el Satán ha
convencido a la gente de hablar lashón hará,
va desplegando su red de información falsa para atraer a la gente a
escuchar lashón hará,
basándose en su falta de conocimiento de la halajá.
Es por esto que la transgresión de hablar lashón hará se
ha empequeñecido a los ojos del mundo. Las personas se han
acostumbrado a hablar sin mesura, contrariamente a los establecido
por la Torá.
Eventualmente, el lashón hará ha
dejado de considerarse como algo no bueno, permitiendo así, que
conversaciones amargas y perjudiciales se vuelvan aceptables, al no
tomar conciencia del terrible pecado que representan.
Prefacio
El
Jafetz Jaim de bendita memoria nos dice que para entender la
severidad del lashón hará
y sus ramificaciones, uno debe entender primero el sistema judicial
del Cielo
a través del cual todo es juzgado. El proceso de Juicio
Celestial
se inicia con las palabras que se hablan en este mundo. En otras
palabras, nuestras conversaciones negativas son las llaves que abren
las puertas para que el Satán
enjuicie, esto es así,
porque el Satán nunca
puede acusar a alguien sin corroborar su testimonio con el lashón hará hablado en este mundo. Por
ello el Jafetz Jaim -que la paz sea con él- explica que la
enseñanza: “Cualquiera que hable lashón hará eleva
pecados a los cielos” (Arajín
15b), deberá ser tomada
literalmente. Cuando hablamos negativamente de alguien ocasionamos
que sus transgresiones sean notadas en el cielo, donde son llevadas
al Trono Celestial para el juicio. Podemos creer que sólo estamos
pláticando, cuando en realidad, estamos entregando el número de
casos del día al Satán.
Otra
segunda razón, por la que el lashón hará es
dañino, se debe a que el lashón hará
ocupa el poder del habla para hacer daño, corrompe esta facultad y
evita que nuestra Torá
y nuestros rezos suban al Cielo. Ya que las palabras sagradas que
salen de una boca que se ha corrompido por lashón hará
dirigiéndose hacia arriba, hacia nuestra cuenta del banco Celestial,
nunca llegan allí. Podemos creer que hemos logrado espiritualmente
algo, sin embargo esto no es así, todas las palabras de Torá
y de Tefilá están suspendidas
en algún lugar entre el cielo y la tierra, suspendidas en el aire.
De tal manera que si la Torá y
la Tefilá no están
siendo acreditadas, entonces: “¿De dónde adquiriremos
el mérito necesario para traer al Mashíaj y la Redención Final?”.
Prefacio
El
Jafetz Jaim de bendita memoria, nos dice que sólo hay un pecado que
puede ser tan poderoso como para evitar que HaShem
bendito Es no redima a sus amados
hijos: el
pecado de lashón hará.
Es lógica, si el lashón hará y
el sinat jinam que lo
provoca, tuvieron el poder espiritual negativo de destruir el Bet HaMikdash, entonces ciertamente
tienen el poder de evitar la reconstrucción del Bet HaMikdash.
El
Jafetz Jaim -que la paz sea con él- nos trae varios argumentos para
justificar esto: en la parashá de Shemot,
la bendita Torá
relata
el sufrimiento de los judíos de Egipto; ahí se afirma que Moshé Rabenu
quien había crecido en el palacio del Faraón, salió de ahí para
mezclarse entre su pueblo, compartiendo su dolor y sufrimiento. En su
caminar entre los judíos, encontró al notorio par, Datán y Abiram,
quienes informaron al Faraón que Moshé Rabenu
había matado un egipcio que atacó a un judío. Moshé Rabenu
dijo: “Ahora
se sabe el asunto”
(Shemot
2.15).
El Midrash
interpreta
que esto significa: “Ahora
entiendo por qué el pueblo judío está en este terrible exilio;
porque hablan lashón hará”.
Otro texto, es el episodio de los espías, quienes fueron a explorar
la Tierra de Israel como preparativo para la conquista; su reporte
negativo fue lashón hará contra
la preciada tierra santa de HaShem.
Los judíos lloraron por este reporte en la noche de Tisha BeAb,
y fue el pecado que condujo a la destrucción del primer Bet Hamikdash.
HaShem
bendito Es, declaró: “Han
llorado en vano, por ello estableceré esta noche como una noche de
llanto para todas las generaciones”.
Otra prueba más es el versículo de Devarim
27.24: “Maldito
es aquél que ataca a su amigo secretamente”.
De acuerdo con la explicación de Rashí,
ésta
es una referencia a lashón hará.
Es decir una persona que habla lashón hará es
maldita. El Talmud (Arajín
15b)
va más lejos al comparar el lashón hará con
negar a D-s. El Midrash
(Devarim
Rabá 6.14)
afirma, como una carta directa de HaShem
Bendito Es, clara y sin ambigüedades. HaShem
ha dicho:
“A
causa del lashón hará que hay, he retirado de entre ustedes Mi
Presencia”.
El
mensaje es claro, el Bet HaMikdash no ha sido reconstruido, la
Shejiná no está entre nosotros y todo esto se debe a las palabras
prohibidas que pronunciamos.
Prefacio
El
Rabino Israel Meir HaCohen también conocido por su magnifica obra
Jafetz Jaim, hace mención de que HaShem Bendito Es separó al
pueblo de Israel de las naciones, les entregó la bendita Torá y
lo llevo al pueblo de Israel. ¿Por qué? ¿Para qué propósito
fuimos elegidos? El Jafetz Jaim de bendita memoria nos enseña que
fuimos elegidos para cumplir las mitzvot
de HaShem y al hacerlo
ganar una enorme recompensa en este mundo y en el Mundo Venidero. Y
nuestro Bendito Padre nos dio
sus regalos de una manera diferente a
como lo hace el ser humano. Ya que el hombre si ve que al dar un
regalo este no lo aprecia, entonces lo toma de regreso y se lo
entrega a alguien que si lo aprecie. Sin embargo, HaKadosh Baruj Hu actua de forma
diferente, ya que al ver que las primeras generaciones no apreciaban
Su Torá, entonces
envío profetas para que reconociéramos su valor. Cuando la época
de la profecía llego a su fin, aun estábamos
en la Tierra de Israel y la Shejiná
posaba aún sobre el Bet HaMikdash,
de tal manera que teníamos oportunidad de servir a nuestro Padre y
cumplir sus mandamientos en la forma que Él -Bendito Es- desea.
Sin
embargo, nos vimos envueltos en sinat jinam
y lashón hará y
debido a la desunión que originaron estas transgresiones, el
segundo Bet HaMikdash
fue destruido y fuimos exiliados. Y desde entonces hasta nuestros
días, todos y cada uno de nuestros días le pedimos a HaShem
-Bendito Es- que nos acerque a Él, como lo prometió muchas veces a
los largo de Su Torá.
Pero aún no ha contestado nuestras súplicas. Y de esto somos
culpables nosotros, el largo exilio no es un castigo continuo de
nuestros antepasados. HaKadosh Baruj Hu esta
listo para terminar con el exilio inmediatamente sino fuera por los
pecados de sinat jinam
y lashón hará que
continúan provocando destrucción.